¿Pensar en reinventarse a los 40 tiene sentido?. Los tiempos han cambiado, y no solo a un nivel tecnológico, sino también a un nivel profesional. El mercado laboral está siendo cada vez más inestable y la pandemia no ha hecho más que reforzar esta realidad haciéndonos testigos directos de la gran incertidumbre en la cual vivimos.
Antiguamente podíamos concebir mantener un trabajo en la misma empresa hasta nuestra edad de jubilación, y hoy en día está siendo la excepción que confirma la regla. Como decía el filósofo Heráclito: “Lo único constante es el cambio”.
Así que reinventarse profesionalmente a los 40 está siendo una práctica cada vez más habitual. Hoy en día cientos de profesionales cambian de trabajo, de sector, de modelo de empleo etc cumplida esta edad.
En este artículo trataremos de averiguar hasta qué punto es posible reinventarse a los 40 y cuáles son los pasos claves para hacer de este nuevo proyecto vital una realidad.
¿Por qué los 40 son una edad tan señalada?
Se solía educar a los niños diciéndoles que a partir de los 40 la vida laboral ya debería estar consolidada y que entraríamos en una fase de “seudotranquilidad”. Para más inri, son las propias empresas que en muchas ocasiones prefieren contratar a profesionales con menor edad para “moldearlos” a su gusto.
Así, en la mente tanto individual como colectiva, colocarnos un 4 delante de otro dígito para referirnos a nuestra edad nos supone franquear un límite psicológico importante hasta un punto del que no somos del todo conscientes.
La experiencia y los hechos recientes han invertido esa creencia que ya pertenece más a una suerte de utopía caduca que a una realidad.
Considerando que la esperanza de vida supera los 80 años en España, y que desde los 40 hasta los 67 años nos quedan unos 27 años de vida laboral, cabría entender el hecho de arrancar una nueva carrera profesional a los 40 como una oportunidad real para mejorar nuestra vida profesional.
40 años: ¿joven o mayor para reinventarte?
Antes de contestar a esta pregunta puntiaguda, cabría preguntarse a qué nos referimos por ser “joven” o “mayor”.
Hasta tal punto esto es verdad que nos encontramos con expresiones cada vez más en boga como “viejoven”, como lo demuestra su reciente incorporación a la RAE:
“La palabra «viejoven» es un neologismo reciente, creado por acronimia a partir de los adjetivos/sustantivos «viejo» y «joven» para designar a la persona físicamente joven, pero con actitudes que se consideran propias de los viejos”.
Así que ser joven o ser mayor no responde tanto a una cuestión de edad biológica o de un mero cálculo de años vividos, sino a una cuestión de características personales y profesionales, como de motivación y de actitud.
Empiezas realmente de cero
Quizás suene como algo romántico o poético, pero realmente la vida es un constante renacer, desde que amanece hasta que anochece.
Si nos planteamos que la vida es una lección constante, continua, y que nunca, absolutamente nunca, se deja de aprender, seguramente nuestra forma de encarar los nuevos retos que se nos presentan en el camino cambiaría por completo.
Sabemos que nada es para siempre, ni siquiera la misma vida, así que más vale aprovechar las oportunidades que aparecen en sus raíles y no perder ningún tren. Subirse al vagón de una nueva oportunidad es una ventaja, no una pérdida.
De hecho, en el mundo empresarial, ¿cuántos líderes de éxito han llegado a crecer gracias a una serie de “noes” anteriores?: la grandísima mayoría. Incluso los herederos han tenido y tienen que luchar por mantener a flote el negocio familiar.
La vida es lucha, perseverancia, caer (somos humanos con nuestros defectos y nuestras virtudes) y, sobre todo, volver a levantarse, aunque ello nos cueste mañanas sin mirar el sol levantarse y tardes sin apreciar un atardecer. Pero lo importante es que un día apreciaremos ese amanecer como una nueva oportunidad y ese atardecer como un “gracias” por habernos podido levantar y haber tomado otro camino más afín a nuestra personalidad y a nuestros valores más personales.
Siendo pragmáticos, si nos ceñimos a lo profesional no empezamos de cero, llevamos con nosotros miles de conocimientos, experiencias, competencias y habilidades adquiridos durante nuestra carrera laboral que sin duda, serán de gran valor para cualquier nuevo comienzo que arranquemos.
Pasos para reinventarse con más de 40 años
Situación personal
Hablar de proceso es partir de una base concreta. En este caso, sería de nuestra propia situación personal con la que arrancaremos este cambio vital, si hablamos de reinventarse a los 40 o cualquier edad, es preciso conocer nuestra situación para determinar los riegos y oportunidades.
Todo dependerá de si se trata de reinventarse con carga familiar o sin ella, con dramas personales o sin ellos, con recursos económicos o sin ellos, etc. En fin, un sinfín de condicionantes tanto personales como profesionales que cambiará nuestra forma de encarar esta transición profesional. Pero también habrá que tomar en cuenta algo que no solemos valorar lo suficiente y que es, sin embargo, necesario para poder optimizar este cambio: nuestro nivel de autoconocimiento.
Autoconocimiento de perfil profesional y personal
Un buen nivel de autoconocimiento de nuestro perfil profesional es fundamental para poder avanzar en la vida y llegar a reinventarnos laboralmente. Y no estamos hablando sólo de las competencias técnicas, sino y sobre todo de las competencias llamadas “blandas” que suelen ser determinantes para encajar en un puesto de trabajo determinado, como lo son la capacidad de iniciativa, las habilidades sociales, la capacidad de trabajar en equipo, el nivel de resistencia al estrés, y un larguísimo etc.
Cumplir 40 años no sería entonces un impedimento en ese sentido. De hecho ¿por qué tendría que serlo? Los prejuicios los creamos nosotros mismos. Nuestra actitud habla por nosotros, y si nos centramos en nuestros puntos fuertes, podemos aportar al mercado mucho más de lo que podemos pensar. Aporto mis capacidades personales y profesionales, las cuales se dan la mano, competencias por las cuales me diferencio de los demás. Y este punto es fundamental para crear y fomentar mi propia marca personal en base a mi mayor talento, apostando por él (la grafología por ejemplo es una gran herramienta para conocernos mejor y bajo un prisma más objetivo).
Buscar trabajo o emprender
La elección de buscar trabajo o la de emprender responden a una cuestión absolutamente personal. No obstante, para emprender, hay que asegurarse de si realmente tenemos las competencias personales y profesionales necesarias para ello.
Ahora bien, si decidimos emprender, adelante. A pesar de que el concepto de fracaso está muy estigmatizado en un país como España, en otros países forma parte del camino e incluso está valorado muy positivamente. Caerse es humano, equivocarse también, pero autocastigarse tiene otro matiz y hasta otras consecuencias. Así que nos podemos reinventar profesionalmente a los 40 buscando trabajo o emprendiendo.
Cambio radical o moderado
Lógicamente no es lo mismo reinventarse a los 40 haciendo un cambio de 360 que un pequeño cambio de trabajo. Que se trate de un cambio radical o moderado, cabría contar con la preparación o formación adecuada.
El cambio requiere la mayoría de las veces de una marcada capacidad de adaptación y de resiliencia, competencia innata muy valorada por las empresas, pero no dada a todo el mundo. Por eso, el impacto de ese cambio será mejor valorado si es progresivo a través de una formación previa al cambio, por una cuestión de asimilación y de adaptación o ajuste óptimo al nuevo entorno laboral.
Resiliencia
Conocer sus competencias personales y apostar por ellas a pesar del estado de incertidumbre general que marca el mercado laboral está muy vinculado con la resiliencia.
Ser resiliente implica: adaptarse mejor a nuevas situaciones y en particular a las más críticas, tener el estrés bajo control y mantener a flote la motivación.
De hecho, la resiliencia es una de las habilidades más demandadas en las empresas y, después de la pandemia, mucho más. Ahora bien, un estudio de hace dos años de la consultora de Recursos Humanos Aon indica que tan solo un 29% de los empleados españoles son resilientes.
Marca personal y mercado laboral
Tener una marca personal y apostar por ella es seguir un hilo conductor basado en nuestro mayor talento que nos lleve, paso a paso, cada día, a cumplir objetivos realistas y tangibles que nos aporten valor a nosotros mismos y que nos permita diferenciarnos en el mercado laboral.
Para ello, conocerse es fundamental porque nos permite allanar el terreno de la adaptación a nuestras nuevas circunstancias.
Construir una marca personal sólida a lo largo de nuestra carrera profesional, sin duda será una herramienta que te abrirá muchas puertas para afrontar cambios en la trayectoria profesional, aunque suponga salir de nuestro plan de carrera previo.
DAFO y capacitación
Hemos dejado claro que la optimización del autoconocimiento es fundamental para cualquier cambio vital. Por lo tanto, es muy importante obtener un análisis pormenorizado, o tener claro cuál es su DAFO personal: hablamos de conocer mi mayor talento o capacitación (fortalezas), mis puntos débiles (debilidades) ―para ambos la grafología es una gran aliada― además de las amenazas y oportunidades del mercado donde pretendo sellar mi marca personal.
Obtener un análisis DAFO personal es una poderosa herramienta de mejora tanto personal como profesional.
¿Cómo planificar la transición profesional? Reinventarse a los 40 con estrategia y coherencia.
Cambiar de trabajo a los 40 presupone tener que ir planificando esa transición profesional. Una vez que tenemos claro el DAFO personal, reinventarse sería cuestión de estrategia y de sentido común.
Todo ello dependerá de mi actitud (fundamental), del nivel de confianza en mis propias competencias, tener claro lo que me gusta hacer y para lo que estoy dotado, pero también lo que NO quiero hacer, sin descartar tener que recurrir en caso de dudas a un profesional que nos ayude a trazar una hoja de ruta para realizar ese cambio vital o esa reinvención laboral, y finalmente entender que el cambio es la única constante que hay en la vida.
Conclusión
A modo de conclusión sobre este tema de reinventarse a los 40 años quedémonos con esta frase de Wayne Dyer: “Ve a por ello ahora. El futuro no está prometido a nadie.”
Y todo ello en base a un buen nivel de autoconocimiento.
Al final se trata de saber quién ERES para saber lo que realmente QUIERES.
Autora: Sandra Bruno