¿Cuál es el proceso de gestión de personas y equipos? Nos hemos acostumbrado a leer en las ofertas de empleo, y en las descripciones que hacen las empresas sobre “quienes somos”, frases como: “nuestro activo más importante es la gente” o “nuestra prioridad es el bienestar de nuestros empleados”. Pero realmente ¿lo cumplen? ¿Son sus acciones suficientes?
Muchas organizaciones se han centrado en ofrecer los llamados salarios emocionales, otras en ofrecer flexibilidad en las formas de trabajar y los horarios; pero aún así, en su mayoría, invierten muy poco en entrenar y formar a sus gerentes en cómo gestionar a sus equipos de trabajo. De hecho, el presupuesto para el área de entrenamiento es el primero que sufre recortes a la hora de disminuir gastos.
Es claro que implementar cambios en las oficinas (espacios de relax, de café, etc), tener una política de “puertas abiertas” o dar flexibilidad en la forma de trabajar, no valen de mucho si los gerentes carecen de las habilidades necesarias para gestionar personas. Esto resulta más crítico ahora que los trabajos remotos o híbridos toman cada vez más fuerza, pues disminuye el tiempo en el que el empleado está en la oficina y se minimiza la actividad presencial.
¿Qué hacer entonces? Sin duda alguna, reforzar las habilidades de gestión de personas y equipos en los mandos medios y altos son claves para lograr empleados contentos, satisfechos y por tanto altamente productivos.
En esta guía hemos querido ofrecer 8 factores claves que todo gerente debe dominar para garantizar la adecuada gestión de sus equipos de trabajo; así como también consejos para su implementación. Más allá de su objetivo inicial, estos factores también te ayudarán a ser más productivo, alcanzar tus objetivos de manera más eficiente y crecer desde el punto de vista profesional. Así que ¡comencemos!
¿Qué entendemos por gestión de personas y equipo?
Entendemos por gestión de personas la forma en que un gerente coordina, supervisa y lidera el equipo bajo su cargo. El objetivo final de una adecuada gestión de las personas y equipos será siempre muy amplio, desde mejorar la comunicación, el trabajo en equipo, la motivación hasta incluso el rendimiento de cada miembro. Es importante en este punto no confundir con la gestión del desempeño.
En la gestión de personas se busca optimizar el día a día del trabajo, mientras que en la gestión del desempeño se busca guiar de manera continua en el establecimiento, ejecución y cumplimiento de objetivos individuales previamente establecidos, alineados con los objetivos estratégicos de la organización.
Lograr una eficiente gestión de personas y equipos de trabajo, al mismo tiempo en que te concentras en alcanzar los resultados del negocio, no es una tarea fácil, ni tampoco es algo que se alcanza en un día; requiere de gran dedicación, compromiso y, sobre todo, preocupación por tus empleados. Implica además el desarrollo de diferentes habilidades, que solo con la experiencia, se van consolidando para gestionar progresivamente equipos cada vez más complejos.
8 Factores de éxito en la gestión de personas en las organizaciones
Podríamos hablar de muchos temas como habilidades directivas, competencias, fortalezas etc.; sin embargo, a diferencia de otros procesos en el ámbito organizacional, la gestión de personas, desde nuestro punto de vista, implica la ejecución de 8 factores muy claros y concretos que hemos querido resumir a continuación.
Las habilidades comunicacionales para gestionar personas
Las habilidades que tengas para comunicarte de manera eficiente con tu equipo de trabajo es un factor importantísimo y clave para alcanzar el éxito. Sin embargo, todas ellas comienzan por una sola: la escucha. Si no sabes cuáles son las necesidades de tu equipo, sus preocupaciones, dudas, conflictos o dificultades, poco podrás contribuir al intentar dar soluciones u ofrecer guía y apoyo. Esto solo se logra escuchando a la gente. Conductas como estar atento al momento en que tus empleados hablan, tomar notas, hacer preguntas abiertas que los anime a expresarse, son parte de una buena escucha.
A partir de aquí, ya podrás entonces incorporar otras habilidades comunicacionales como la influencia, la asertividad, el lenguaje corporal, etc. para hacer llegar tu mensaje, sea éste orientado a motivar, a explicar sobre cómo resolver una situación, o simplemente a dar instrucciones.
El ejercicio correcto de las habilidades comunicacionales se inicia con comprender quién es nuestra audiencia, de tal manera de adaptar nuestros mensajes y la forma en que debemos hacerlo llegar para lograr el máximo de su efectividad. Suena sencillo, pero en la práctica no lo es.
No es inusual encontrarnos con gerentes que entregan resultados para el negocio, pero con grandes dificultades en términos de comunicación, lo cual al final, siempre limitarán su futuro crecimiento. Es decir, este tipo de gerente tendrá sus días de éxito muy contados. Si deseas lograr el mayor de los resultados, propios y de tu equipo, esfuérzate en ir aprendiendo e implementando cada día nuevas habilidades comunicacionales, y pronto verás resultados muy favorables.
¿Quieres que tu equipo esté Cohesionado y bien Engranado?
Gestión de las personas desde el liderazgo
Contrariamente a lo que muchos piensan, el liderazgo no tiene nada que ver ni con la posición ni con la antigüedad del gerente en la empresa, y mucho menos, con el hecho de dar una orden y que los demás la cumplan. El liderazgo va mucho más allá. En la gestión de personas y equipos, debes lograr influir en los demás a tal punto de que se sientan incentivados y motivados a maximizar su esfuerzo y lograr una meta. Para llegar aquí, debes construir una visión y enamorar a tu equipo para cumplirla sacando lo mejor de ellos.
Piensa en tu día a día en el trabajo. Tienes una lista de funciones que debes cumplir y, adicionalmente, supervisar las de tu equipo. Sencillamente no puedes dedicar cada minuto a revisar las tareas de cada empleado, pero si puedes transmitir con claridad lo que se espera de ellos, motivarlos a dar lo mejor, incentivarlos a rendir al máximo y transmitir la confianza de que ellos podrán hacerlo. Seguir tu guía por convicción propia y no por sentirse obligados es lo que se espera de un líder.
Por lo tanto, el liderazgo es una habilidad que garantiza la adecuada gestión de personas en las organizaciones, no por un proyecto en particular o un resultado que entregar, sino en las actividades del día a día que optimice el desarrollo profesional de cada persona.
El empoderamiento en la gestión de personal
Esta habilidad tiene un doble beneficio para quien logra aplicarla de manera adecuada. Por una parte, te permite delegar tareas y funciones, y, por otro lado, aumenta el compromiso de quien recibe la tarea. Esto es muy interesante a la hora de gestionar personas y equipos pues facilita el trabajo, mejora el rendimiento y genera una cultura de confianza. Ahora bien, el empoderamiento no es simplemente asignar tareas, es una habilidad que debe desarrollarse para que su ejecución sea efectiva.
Antes de empoderar a un empleado, identifica sus fortalezas y motivaciones. Luego, define con precisión en qué los vas a empoderar y cuáles son los resultados que esperas de él. Utiliza tus habilidades comunicacionales para asegurar que transmites bien la tarea y asegurar su compromiso. Haz seguimiento, ofrece feedback y da reconocimiento por los logros alcanzados.
Recuerda siempre dejar un margen para permitir la creatividad y la innovación pues es muy probable que te sorprenda con resultados verdaderamente extraordinarios, y como consecuencia una mayor productividad dentro de tu equipo.
Las oportunidades de desarrollo
Muchas personas cambian de empleo buscando nuevas oportunidades de desarrollo, sin importar en ocasiones que ello pueda significar una desmejora económica, pues entienden que a futuro el cambio se verá compensado. Es por esta razón que el ofrecer crecimiento profesional a los miembros de tu equipo garantizará, no solo un rendimiento superior y un alto compromiso, sino la retención de talentos muy valiosos para tu empresa.
Muchos gerentes creen que ofrecer tales oportunidades de desarrollo son responsabilidad del departamento de Recursos humanos. Nada más lejos de la realidad (gestión de personas vs recursos humanos).
El desarrollo profesional está precisamente en manos de cada empleado, apoyado siempre por su supervisor inmediato. Esto es así si entendemos que no todo desarrollo ha de significar una promoción, puede ser una asignación a un proyecto nuevo, la coordinación de un evento, la participación en un comité específico, etc. Es decir, dar la oportunidad de hacer cosas nuevas, que le impliquen al empleado un aprendizaje asociado a su carrera e intereses, es una excelente manera de gestionar a un equipo para que se mantenga motivado y sea altamente efectivo.
La inteligencia emocional y la gestión de personas y equipos
Si bien es un concepto sobre el cual se habla muchísimo y se lee al respecto en diversidad de portales y redes sociales, no necesariamente es una habilidad que la mayoría de los gerentes han logrado dominar. Esto es así porque no es tan sencillo como parece y porque ha de cumplirse por etapas y de manera progresiva. Es como aprender a montar bicicleta, donde al inicio tendrás que concentrarte muy bien en cada movimiento que haces, mantener el equilibrio y si te caes, volver a montarte y seguir.
Piensa en la diversidad de perfiles que puedes llegar a tener bajo tu responsabilidad. Aquí vale decir “cada cabeza es un mundo”, por tanto, cada uno tiene su forma de comunicarse, sus propios conflictos, sus diferentes maneras de entender las cosas, sus propias fortalezas y debilidades. Entonces, gestionar tus emociones frente a la cantidad de escenarios que se te presentan en el día a día es clave en la gestión de personas en las organizaciones. Es como tratar de mantener ese equilibrio sobre la bicicleta ante cada situación que se te presente dentro de tu equipo, y que signifique analizar tus propias emociones para saber cómo actuar y no “reaccionar”.
Recuerda que muchas personas se van de sus empleos, no por las funciones o el cargo, sino por la mala gestión de sus jefes, lo cual implica en la mayoría de los casos, un bajo nivel de inteligencia emocional. Entonces, no lo dudes ni un minuto más, desarrolla tu inteligencia emocional y verás cómo no solo tu rendimiento aumenta, sino el de tu equipo.
Gestionar personas desde la integridad
Si quieres tener un equipo cohesionado, donde prevalezca la honestidad, sin duda debes promover la integridad ¿Qué significa esto? Demuestra que eres equitativo, que valoras la verdad ante todo, que sabes escuchar por muy negativas que sean las noticias, que cumples tu palabra y que eres justo. Si bien todo lo anterior son valores personales, no hay duda de que su presencia y aplicación dentro del entorno organizacional es fundamental.
No podemos ser unos en casa y otros en el trabajo. Entonces, si son estos tus valores con tu familia, debes ser consistente y aplicarlos en cualquier entorno, recuerda que los valores tienen un significado universal, no importa donde te encuentres, en qué cultura, el valor de la integridad es el mismo.
La integridad, por ser un valor, trasciende fronteras. Si fomentas este tipo de valores dentro de tu equipo de trabajo, no solo te sentirás en un ambiente cónsono a quién eres, sino que dejarás huellas en los que te rodean. Recuerda que nos encontramos en un mundo de relaciones y conexiones, razón por la cual, lo que fomentes el día de hoy con tu gente, será de lo que se hablará de ti en el futuro.
La capacidad de solucionar problemas
Si un empleado acude a ti con una dificultad, sin duda lo mínimo que espera es una solución. La habilidad de solucionar problemas es parte inseparable del rol como supervisor o gerente, razón por la cual desarrollarla resulta crucial en la gestión de personas, incluso sobre conflictos que no son tuyos pero que la gente acude a ti para su solución.
Sin embargo, es importante que logres comprender la visión amplia de esta habilidad que va más allá de solucionar un problema a la vez. Al gestionar un equipo de personas, debes además asegurar que identificas cuáles fueron los factores que llevaron al conflicto, de tal manera de evitar que se repitan en el futuro.
Es además una oportunidad para identificar debilidades, oportunidades de mejora, necesidades de adiestramiento y entrenamiento. Lograr desarrollar esta habilidad te permitirá anticiparte a situaciones potencialmente conflictivas, lo cual te dará una gran ventaja para realizar cambios y asegurar el logro de los objetivos sin retrasos ni obstáculos.
La confianza
Podemos encontrar muchos libros que hablen sobre desarrollar habilidades tales como trabajo en equipo, comunicación, liderazgo, entre otras; pero no así en cómo desarrollar la confianza, pues es un camino un poco más largo e incluso más frágil. Si en tu proceso de generar trabajo en equipo, por ejemplo, algo no funciona, posiblemente implementes nuevas acciones y logres retomar el rumbo. Esto no sucede exactamente igual con la confianza, pues reconstruirla al primer obstáculo requiere de más esfuerzo y tiempo. Recuerda que la confianza se gana, no se da.
A diferencia de las habilidades, la confianza puede ser la base sólida que permita a tu equipo superar las dificultades, retomar las energías perdidas, insistir sobre una meta por alcanzar y maximizar sus esfuerzos ante un futuro incierto. Así de potente es la confianza. Lo clave en confiar y ser digno de confianza dentro de tu equipo, es mantener siempre tu palabra, predicar con el ejemplo, ser honesto y asumir tus errores. Si practicas cada una de estas acciones, verás cómo el ambiente organizacional se hará menos conflictivo y las relaciones se harán mucho más sólidas.
5 Consejos para una buena gestión de las personas en las organizaciones
Una vez que ya has tomado la decisión de optimizar la forma en que gestionas tu equipo de trabajo, debes poner en práctica cada habilidad y cada factor que aseguren tu éxito. Para ello, hemos resumido, bajo el modelo de las 5C, la mejor forma de lograrlo.
Sigue estos consejos para poner en práctica los factores de éxito en una eficiente gestión de equipos de trabajo.
Claridad
Exponer con claridad lo que necesitas de las personas te asegura resultados alineados a las expectativas definidas. Implica que seas preciso, concreto, específico y que utilices un vocabulario acorde al nivel de la persona con la que interactúas, de tal manera de asegurar su comprensión.
Contexto
Identificar el contexto en el que se desarrollan las conductas de los empleados ayuda a comprender mejor por qué suceden y qué debes hacer para mejorar. Escuchar, comprender el contexto y tener una visión amplia facilita la comunicación dentro del equipo y su desempeño.
Consistencia
Al transmitir un mensaje a los miembros del equipo de trabajo debes ser consistente entre lo que dices y cómo actúas. Igualmente, mantenerte firme frente a tus valores te otorga credibilidad, reforzando así la equidad y la justicia en tu entorno.
Coraje
Tomar decisiones difíciles implica tener coraje para enfrentar las consecuencias y los riesgos que puedan suceder. Demostrar a tu equipo que tienes el coraje de actuar de manera correcta a pesar de la adversidad, ayudará a que el equipo tenga el valor y la confianza de seguir adelante.
Compromiso
Si esperas compromiso de parte de tu gente, debes ser el primero en comprometerte. Para lograrlo, debes comenzar por creer tú mismo en lo que haces y por qué lo haces; para luego trasladar esa visión y esa energía dentro del equipo de trabajo.
No dejes que la gestión de personas se escape de tus manos, asume el control y diseña un plan donde pongas en práctica cada uno de los factores que hemos citado anteriormente. No será una tarea sencilla, por supuesto, implica tiempo, esfuerzo y mucha paciencia -como ya hemos dicho-; sin embargo, es un reto que bien lo vale. Gestionar adecuadamente las personas y equipos de trabajo son la base del éxito de todo departamento en cualquier organización, además de permitirte alcanzar la experiencia necesaria para gestionar equipos aún más complejos en el futuro según avances en tu carrera profesional.
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