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¿Cuándo y Cómo Cambiar de Trabajo? Guía Práctica

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Cambiar de trabajo forma parte de la construcción de nuestra carrera profesional. De acuerdo a Career Change Statistics, una persona tendrá de promedio unos 12,4 trabajos diferentes entre las edades de 18 y 54 años, lo cual significa que habrá cambiado de trabajo entre 5 a 7 veces durante su vida laboral

Estos datos parecen bastante altos, pero es probable que en unos años se queden cortos, pues en esta etapa postpandemia los cambios de trabajo se han incrementado drásticamente. 

Las razones son diversas, pero quizás la principal sea porque la pandemia ha logrado resaltar las cosas que más valoran los empleados y que no están dispuestos a sacrificar. Esto, como consecuencia, ha llevado a las empresas a evolucionar hacia ambientes y estilos de liderazgo donde se otorgue gran peso al bienestar de los colaboradores y a condiciones más seguras de trabajo -tanto físicas como emocionales-. Es decir, al darse mayores demandas y exigencias, el mercado de trabajo ha tenido que adaptarse, generándose así una gran competencia por atraer talentos con ofertas de empleo más ajustadas a sus intereses.

Ahora bien, que existan mejores opciones de empleo en el mercado, no implica que las personas necesariamente sepan si realmente deben cambiar de trabajo, cómo o cuándo hacerlo. Por esta razón, si te ha pasado por la cabeza la idea de cambiar de empleo, es importante que analices bien tu situación y motivos antes de tomar la decisión final, y una vez tomada, planificar cómo ejecutarla. 

Explicar lo anterior podría llevarnos varios artículos, no obstante, centremos nuestra atención en identificar los indicadores que nos señalen la necesidad de hacer el cambio, algunos consejos de cómo hacerlo, así como gestionar nuestras emociones frente a esta decisión.  

¿Cómo saber cuándo cambiar de trabajo? 5 indicadores

No existe el momento perfecto para dejar un trabajo, pero sí existen indicadores que te llevan a pensar que no debes dejar pasar más el tiempo. La decisión, obviamente, nunca será fácil y menos aún si no tienes una propuesta atractiva delante de ti.  Sin embargo, los indicadores a que hago referencia son aquellos que ya te dicen que no hay vuelta atrás, que debes cambiar de trabajo en este momento.

Para comprender mejor lo anterior, he reunido 5 indicadores que te harán saber que es muy probable que debas comenzar la búsqueda de un nuevo trabajo. Señales que indican que debo debes dejar un trabajo:

  1. Ausencia de reconocimiento: desde el punto de vista de la psicología conductual, para que un comportamiento se repita en el futuro, debe haber un reforzamiento que incremente las probabilidades de su ejecución más adelante. Esto es lo que sucede cuando hacemos un buen trabajo y nuestro jefe, colegas y compañeros nos felicitan, es decir, nos reconoce por el esfuerzo realizado. 

El hacer un buen trabajo, y que sea valorado como tal, nos motiva a alcanzar nuevos objetivos. Sin embargo, este reconocimiento no siempre sucede, pero aun así nos empeñamos en seguir adelante, porque tenemos la creencia de que en algún momento el reconocimiento aparecerá. Pero pasa el tiempo y, a pesar de solicitar feedback, de hablar con nuestro jefe y preguntar qué tal estuvo nuestro trabajo nunca recibimos reconocimiento. Si esto te sucede, es porque estás en un entorno donde este tipo de conductas no son promovidas por la organización, y por tanto, es cuando debemos plantearnos la búsqueda de otros espacios donde sí lo hagan “¿Porque simplemente no me dan reconocimiento?”, pensarás. No, no es solo por eso. 

Es porque el reconocimiento y el feedback en general, son las formas de saber si vamos mejorando en nuestro desarrollo profesional, de tal manera que en un sitio donde esto no exista, difícilmente podremos guiar nuestro esfuerzo hacia un mayor nivel de ejecución. Quizás suene duro, pero a veces, aceptar la inexistencia de reconocimiento, es aceptar nuestra propia mediocridad.

  1. Ambiente “tóxico”: lo constituyen ambientes donde exista el irrespeto, comportamientos poco éticos, discriminación, e incluso se promueva el estrés laboral. Con que solo exista uno de estos elementos, ya puede ser razón suficiente para que te sientas desmotivado en tu sitio de trabajo, con incertidumbre sobre cómo actuar, inseguridad y desconfianza. Nada de esto es positivo y afectará tu calidad de vida, por lo que debes tomar una decisión pronto.
  2. Cambios en la cultura corporativa: un día somos muy felices y al día siguiente hay un nuevo CEO, una nueva estructura, una nueva cultura con la cual ya no nos sentimos a gusto. En este momento debemos identificar si es que somos muy rígidos y poco adaptables, o si es que definitivamente esta nueva forma de trabajar y el ambiente en general están cambiando hacia un entorno con el cual no nos sentimos identificados. Si se dan este tipo de cambios drásticos donde claramente no hay posibilidades de que te adaptes, no lo dudes más y busca otras oportunidades fuera. 
  3. Reestructuración: todas las empresas pasan por procesos de reestructuración con el fin de adaptarse a los nuevos entornos, nuevas demandas del mercado o simplemente, nuevos modelos de negocio. 

En ocasiones, sabemos si nuestra posición está en riesgo de ser eliminada, si tendremos opción de cambiar a otro departamento o si se nos tomará en cuenta para otros cargos. Pero muchas otras veces no lo sabemos ¿Qué hacer? Tener una conversación franca y abierta con tu jefe podrá darte alguna idea de cómo será tu futuro en la compañía. Quizás puedas esperar un poco antes de tomar una decisión, pero definitivamente puede ser un buen momento de reforzar tu networking y actualizar tu CV.

  1. Escasas oportunidades de desarrollo: si sientes que apenas estás comenzando tu carrera profesional o que aún tienes mucho que aprender y que ofrecer, de seguro te has planteado cuál será tu plan de carrera en tu empresa actual. 

Estas conversaciones sobre el futuro de los empleados y sus oportunidades de desarrollo se dan con bastante frecuencia y permite a las personas identificar sus fortalezas y áreas de oportunidad para seguir avanzando a posiciones más retadoras. No obstante, esto no sucede en todas las empresas. 

Hoy en día aún existen aquellas que, por su tamaño, presupuesto, futuro incierto dentro del mercado, no tienen un proceso formal de desarrollo de personal, ni tampoco existe la cultura en sus líderes para hacerlo. Si crees que estás en una de estas empresas, conversa con tu jefe o incluso con tu HRBP para conocer más de cerca las políticas y los procedimientos sobre desarrollo de carrera en la organización, planes de sucesión u opciones de desarrollo que existan. Si a pesar de lo anterior pasan los meses y no tienes respuesta de ningún tipo, es altamente probable que te encuentres en la empresa equivocada.

También hay que considerar la edad, no es lo mimso cambiar de trabajo a los 40, que cambiar de trabajo a los 50 o hacerlo a los 30, los motivos son muy diferentes, nuestros valores y objetivos difieren con según el momento vital en el que estemos.

¿Cómo cambiar de trabajo? Estrategia para el cambio de empleo en 8 pasos

Como hemos mencionado anteriormente, hacer un cambio de empleo no es sencillo, requiere de mucha autoevaluación, coraje, planificación y constancia. En ocasiones, aunque no lo creas, el mayor obstáculo eres tú mismo y nos da miedo cambiar de trabajo. Esto es así porque sobredimensionamos los aspectos negativos, las dificultades y los retos que creemos sucederán. 

En consecuencia, volvemos al punto de inicio, nos quedamos en nuestra “área de confort” y comenzamos a justificar lo injustificable de ese trabajo en el que nos sentimos insatisfechos, menospreciados o estancados. 

Para evitar que esto te suceda, comienza analizando hasta qué punto no has sido tú mismo el obstáculo para hacer el cambio. Con esto en mente, evalúa cada uno de los pasos que indicamos a continuación y adáptalos como estrategia para ejecutar ese paso que te limita a alcanzar nuevas oportunidades.

Revisemos cada uno de los pasos a continuación.

  1. Evalúa tu grado de satisfacción laboral actual: ¿Cómo te sientes en tu trabajo actual? ¿Qué te agrada y qué te desagrada? ¿Aquello que te genera insatisfacción tiene que ver con tus funciones, tu jefe, la cultura de la empresa o las expectativas a futuro que pueda ofrecerte la organización en términos de mayor desarrollo profesional? Estas son apenas algunas preguntas iniciales que debes hacerte a fin de conocer, no solo el nivel de insatisfacción, sino, además, saber si son aspectos que están bajo tu control y susceptibles de cambiar para mejor. Según existan o no acciones que puedas ejecutar para lograr cambios que mejoren tu grado de satisfacción, deberás avanzar o aplazar la decisión de cambio de trabajo.  Como indica Deborah Oronzio – entrenadora de transición de carrera-: «Necesitas invertir tiempo para descubrir por qué estás insatisfecho y qué te hará sentir más satisfecho en el futuro».
  2. Haz una autoevaluación de tus fortalezas, habilidades e intereses: gran parte de la satisfacción en nuestro trabajo proviene del hecho de poder poner en práctica nuestras fortalezas y habilidades; de aquí la importancia de revisar si hay conexión entre lo que haces en tu trabajo, tus fortalezas y, sobre todo, tus intereses. 

Existen diversas herramientas en internet que puedes utilizar para tu autoevaluación (Strengths Profile https://www.strengthsprofile.com/en-GB, Hogan Assessments https://www.hoganassessments.com/, Clifton Strengths https://www.gallup.com/cliftonstrengths/es/253622/inicio.aspx ) esta información te será de gran ayuda para determinar si es un cambio de trabajo que debes realizar (posición similar, solo cambio de empresa) o si es un cambio de carrera (nuevas funciones, sector, roles)

  1. Prepara un plan de mejora en alguna habilidad: al hacer tu autoevaluación, es probable que identifiques áreas de mejora que pudieras desarrollar a través de diferentes vías: un curso específico, una mentoría, una formación en alguna institución, etc. Esto aplica muy especialmente cuando el cambio que desees dar es hacia un trabajo donde no dominas del todo las funciones.
  2. Prepara una lista de opciones: El siguiente paso es hacer una lista de roles, cargos y empresas hacia las cuales pudieras enfocar tu desarrollo de carrera. Revisa las web de las empresas, conversa con amigos que trabajen en ellas, investiga por las redes sociales lo que publican y las personas que allí trabajan. Verás cómo, al tener más información de cada empresa, irás afinando tu búsqueda al descartar aquellas con la que no te sientas identificando y manteniendo en la lista las organizaciones con las cuales ves que te alineas.
  3.  Enriquece tu red de contactos, haz networking: LinkedIn es la plataforma ideal para este objetivo. Sin embargo, no te dediques a enviar miles de conexiones a todas las personas de recursos humanos que encuentres. Debes crear tu propia marca personal, es decir, comparte contenido de tu área de interés, envía conexiones personalizadas y comenta. Si bien esto requiere de inversión de tiempo y cierto grado de análisis, bien valdrá el esfuerzo.  
  4. Haz entrevistas informativas: identifica personas que estén en el sector al cual quieras cambiar, personas que ejerzan roles similares a los que aspiras o expertos en el área, y procede a solicitar una entrevista informativa. Conocer de primera mano esos otros roles, cómo es el día a día en determinada empresa y cuál es la percepción que tiene sus empleados de la cultura que allí existe, no solo te permitirá tomar una decisión más acertada, sino que te motivará y te dará las energías para seguir avanzando en el cambio que buscas.
  5. Busca apoyo: si bien la decisión de cambio de trabajo es una decisión muy personal, recuerda que hay muchas personas que pudieran ayudarte, desde un mentor, hasta un amigo o incluso expertos en empleabilidad. No tienes porqué hacer todo tú solo, buscar ayuda será de gran utilidad, tanto para el proceso de toma de decisión como para la preparación de tu CV
  6. Diseña y ejecuta un plan: con toda la información que tienes hasta ahora, ya estás listo para diseñar un plan y ejecutarlo. Este plan debe tener objetivos claros con acciones específicas, realistas y alcanzables. Reconoce cada paso que das y valora el esfuerzo que añades a cada tarea, de tal manera de mantenerte motivado y positivo a lo largo del plan. Te mucha paciencia pues, si bien siempre será posible alcanzar las metas que te proponga, solo será posible con dedicación y esfuerzo, nada llega por arte de magia.
  7. Precauciones para buscar empleo mientras esas trabajando.
como cambiar de trabajo

¿Cómo responder a la pregunta porque quieres cambiar de trabajo?

Esta es una pregunta que nunca falta en una entrevista, por lo que bien vale la pena preparar tu respuesta. Comencemos por decir que no existen respuestas correctas o incorrectas para esta pregunta pues lo que desea conocer el reclutador son aquellos motivadores que te han llevado a tomar la decisión de buscar otras opciones. 

Así, lo que digas, deberá estar alineado con lo que aspiras alcanzar, y que, hasta el momento, no ha sido posible encontrarlo en tu rol actual. Los motivos pueden ser diversos, desde las escasas oportunidades de desarrollo de carrera, hasta el estilo de liderazgo de tu jefe o incluso el ambiente de trabajo. No importa cuál sea el motivo, tu respuesta debe indicar lo siguiente:

  • Honestidad: indica el verdadero motivo por el cual deseas cambiar de carrera, pero ten cuidado de no emitir juicios de valor sobre tu jefe, compañeros o incluso la misma empresa. Indicar la razón es decirle al reclutador lo que te motiva, y para él será muy importante asegurar que podrá cubrir tus expectativas en el rol que te ofrezca. De igual manera, no querrás ser contratado en una empresa que es similar de la cual estás saliendo, por el hecho de no haber sido honesto al indicar qué te hizo salir de ella. 
  • No personalizar ni emitir juicios de valor: es natural de los seres humanos el buscar culpables por algo que no ha ido bien. Así, cuando ya has tomado la decisión de buscar otro empleo, lo primero que te vendrá a la mente ante esta pregunta son frases como “es que mi jefe no sabe nada de liderazgo…”, “…nadie trabaja en equipo…”; “la empresa es un desastre”. En lugar de ello, habla sobre aspectos más abstractos; por ejemplo, si tu motivo es el trato de parte de tu jefe, entonces di algo como: 

”La empresa promueve estilos de liderazgo con los cuales no me siento a gusto, por lo que busco organizaciones con estilos de liderazgo más abiertos, de comunicación y trabajo en equipo”. 

Ya con esta frase el reclutador entenderá perfectamente qué sucede en tu trabajo actual y cuál es el tipo de jefe con el cual te sientes cómodo para trabajar. 

  • Describe la razón: identifica situaciones que puedan servir de ejemplo para describir las razones que te hacen tomar la decisión de buscar otro empleo. Es muy probable que el reclutador te los pida, por ello es recomendable tener al menos dos situaciones que perfectamente puedas compartir. Esto ayudará a comprender mejor el contexto al que haces referencia. Al cierre de la respuesta indica cómo consideras que debería ser. Hacer esta reflexión frente al reclutador, le hace ver tu forma de pensar, de trabajar e incluso de liderar, dejando en claro lo que buscas. 

Evita asistir a la entrevista sin tener claridad tú mismo de las razones que te han llevado a buscar otro empleo, pues comenzarás a dudar al responder y esto no hará más que proyectar inseguridad al reclutador. Respuestas como “no sé”, “son muchas las razones”, “prefiero no comentar” no harán más que sembrar dudas en quien te entrevista, afectando ya la confianza que puedas haber querido inspirar. 

Para más pautas entra aquí, dedicamos un artículo completo a esta pregunta.

Errores que debes evitar al cambiar de empleo

Cambiar de empleo no es algo que se hace todos los días, y aunque lo hayamos hecho más de una vez, cada una es diferente a las otras. Por esta razón, las probabilidades de cometer errores en el camino son bastante altas. 

Por supuesto, siempre podrás salir adelante, pero la forma en cómo lo hagas dependerá del grado en que hayas cometido el error y su impacto en tu proceso de búsqueda de empleo. Por lo anterior, a continuación, mencionaremos los errores más comunes que suele cometer la gente al enfrentar una situación de cambio de trabajo.

  1. Tomar la decisión de manera precipitada: seguramente has sentido tal nivel de presión, de cansancio o de molestia en tu trabajo que has pensado en recoger tus cosas y simplemente irte de allí. Pero luego lo analizas y te das cuenta de que debes calmarte y respirar profundo. No obstante, hay personas que han actuado de manera impulsiva y han tomado la decisión demasiado pronto. Esto conlleva a no tener un plan claro de búsqueda y, en consecuencia, un tiempo de inactividad sin ingresos económicos que te permitan llevar de manera tranquila ese período. Por ello, es muy importante analizar tu situación antes de tomar la decisión final. 

Como dice Randy Block -entrenador ejecutivo y coach personal-: “Deberías estar corriendo hacia algo, no huyendo de algo».

  1. Aceptar una oferta solo por el atractivo salarial: si bien las encuestas reflejan que la personas tienden a dar más peso al ambiente y a otros incentivos no económicos, aún puede suceder que te veas muy atraído con una oferta muy alta y te ciegue a ver otros factores que al corto plazo podrán afectar negativamente tu desempeño. Analiza adecuadamente la oferta más allá del aspecto netamente salarial.
  2. No investigar sobre alternativas diferentes: la dinámica del mercado laboral es muy rápida en los últimos tiempos. Esto lleva a que aparezcan roles y nombres de cargos que desconocemos. Cuando decidimos hacer el cambio de trabajo nos ceñimos a posiciones con el mismo nombre o con muchas similitudes al actual, dejando por fuera opciones que pueden ser muy interesantes y donde nuestro perfil encaja perfectamente. De aquí la importancia de investigar antes de tomar la decisión hacia donde dirigiremos nuestro cambio. 
  3. No tener una estrategia clara de búsqueda: la estrategia es clave, sin duda. No tenerla aumenta las probabilidades de que las ofertas de empleo que consigas sean similares a tu rol actual, y caigas de nuevo en una empresa en la que al poco tiempo ya te quieras ir. O, te frustres en el camino al ver que pasa el tiempo y no obtienes resultados.  Quizás te pueda interesar este artículo sobre cómo buscar trabajo en internet.
  4. No adaptar el CV: en ocasiones, las personas cumplen con todos los pasos para la búsqueda de empleo, pero no actualizan el CV, y peor aún, no lo adaptan a cada posición a la que se postulan. Si bien esto no es un factor determinante para lograr el empleo, si puede impactar en el número de entrevistas a la que te citen, minimizando así las oportunidades que obtengas. Recuerda que no es solo “actualizar” el CV (incluir las últimas experiencias laborales o estudios realizados) es “adaptar” con palabras claves, ajustar al tipo que mejor te sirva y redactar una buena carta de presentación.

Consejos para dejar tu actual trabajo

Algunas personas subestiman la importancia de una buena salida de sus empresas, bajo la creencia de que, al ya no estar más allí, para qué hacer el esfuerzo. Tal y como seguramente te ha sucedido, en el lugar menos esperado te has encontrado con esa persona que pensaste que no volverías a ver nunca más. Esto te puede pasar exactamente igual en el ámbito laboral, que llegues un día al trabajo y te presenten a tu nuevo jefe: un excompañero de tu anterior trabajo con el que nunca te llevaste bien. 

El entorno laboral se basa en conexiones. Las conexiones que hagas hoy posiblemente sean de gran utilidad mañana, o mejor aún, terminarán siendo tus grandes amigos en el futuro. Es imposible saber con quién te encontrarás de aquí en adelante por los años que aún te quedan de vida laboral, no sabes qué vueltas dará el mundo. 

Por ello, hemos querido darte a continuación algunos consejos que aseguran comunicar la baja voluntaria de la mejor forma, hacer una buena salida de tu empresa y que permitirán apoyar las buenas referencias que den a tus futuros empleadores, o incluso conseguir clientes y conexiones que faciliten tu desempeño futuro.

  1. Habla con tu jefe primero: es la primera persona con la que debes conversar para exponer tus motivos sobre tu decisión de renunciar a la empresa, incluso antes de hablar con recursos humanos. Esto reflejará respeto de tu parte.
  2. Se honesto y respetuoso: expón, de manera honesta y respetuosa las razones que te llevaron a tomar la decisión. Si bien no todas las empresas son muy abiertas en este sentido, intenta dejar los motivos claros, tanto con tu jefe como con tus compañeros. Esto reforzará en ti tus valores de integridad que será muy apreciado por tus colegas.
  3. Anticípate a una contraoferta: realizar contraofertas es una manera de retener a los empleados talentosos y difíciles de encontrar en el mercado, sea por sus habilidades, know-how, etc. Si sabes que eres un alto potencial en la empresa y te hacen una contraoferta, piensa si esto cambia o no las razones que en principio te hicieron plantear la renuncia, y si vale la pena quedarte o no. 
  4. Evita hacer críticas negativas: habiendo presentado la renuncia es muy fácil sentirse fuera de la empresa y caer en la crítica sobre todos los aspectos negativos que consideras tiene la compañía, ya sea con tus colegas, amigos o familiares. No actúes de esta manera, pues solo te perjudicará a ti al proyectar una imagen poco profesional.
  5. Sé agradecido: a pesar de todas las dificultades que seguramente habrás pasado a lo largo de tu tiempo en la empresa, muy probablemente hayas tenido buenos momentos, tanto por el aprendizaje alcanzado como por el apoyo de algunos colegas. Haz un acercamiento con estas personas y expresa tu agradecimiento, esto les alentará a ser mejores y tu sentirás que vas haciendo un cierre a esta experiencia.
  6. Ofrece un onboarding: si bien el proceso de selección para tu reemplazo se escapa de tus manos, al menos ofrece la oportunidad de reunirte con el nuevo ingreso para dar indicaciones específicas que garanticen la continuidad de los proyectos y tareas que habrás dejado sin concluir. En caso de no poder hacer esto, planifica reuniones con tu jefe y colegas a quienes puedas hacer entrega de tus asignaciones, materiales, lista de contactos, etc. que faciliten que los proyectos sigan su curso. 

Gestión emocional en la transición laboral

La salida de una empresa puede generar emociones totalmente opuestas según sean los motivos que te llevaron a tomar la decisión y las condiciones en que te encontrabas trabajando. Si estabas en un entorno tóxico que ya afectaba tu salud, posiblemente sentirás un gran alivio o un peso de encima que ya quitas sobre tus hombros. 

Pero si estabas muy comprometido con la empresa, tenías buenos compañeros y amigos y te sentías cómodo con su cultura, es probable que enfrentes emociones muy confusas, desde la tristeza, nostalgia hasta incluso el miedo. A lo anterior se le une la incertidumbre y la ansiedad sobre un nuevo rumbo que tomará tu vida, bien sea por un nuevo trabajo, emprendimiento o inicio de búsqueda de nuevas oportunidades.

Para comprender mejor cada escenario, vamos a dividirlos en 2: salida involuntaria y salida voluntaria. En el primer escenario, haremos referencia a las situaciones donde los empleados son despedidos y les toma por sorpresa. En el segundo, si el empleado toma la decisión por una mejor oferta, por un cambio de carrera o por un desarrollo profesional diferente. Evitaremos citar los casos donde la persona sale de un entorno tóxico pues, como mencionamos antes, más bien las emociones serán de gran alivio y tranquilidad, a pesar de que luego pueden venir estados de incertidumbre si no se tiene otro trabajo en concreto para el momento de la renuncia. 

Escenario A: salida involuntaria

Una salida de este tipo podemos asociarla a un evento traumático o de cambio sustancial en la vida de la persona, por lo cual aplica perfectamente el modelo de Kübler-Ross, más comúnmente conocido como las cinco etapas del duelo. Veamos cada una de las etapas y cómo aplican a un proceso de cambio de trabajo:

Etapas:

  • Negación: como la palabra lo indica, la persona rechaza lo que le sucede, piensa que no le puede estar pasando a ella y niega todo lo asociado con la decisión. Frases como: “no puede ser”, “esto no me puede estar pasando a mí, soy un buen empleado”, “se equivocaron, no es conmigo el despido” son muy comunes en esta etapa.
  • Ira: una vez aceptada la realidad, sobreviene la rabia y la ira hacia la empresa, hacia el jefe o hacia cualquier otra persona que estuvo involucrada en la decisión sobre el despido. Algunos ejemplos de pensamientos en esta etapa son: “¡ellos no saben todo lo que he hecho por la empresa!”, “¡se van a arrepentir de su decisión!”, “¡debí renunciar hace mucho!”.
  • Negociación: en este contexto, no hablamos de negociación en el estricto concepto de la palabra, sino más bien al proceso de evaluar alternativas, en un esfuerzo por mantenerse en la organización; por ejemplo, proponer una disminución de su propio salario (si las razones del despido son por temas de presupuesto), ofrecer acciones compensatorias por un error cometido en un esfuerzo por remediar la situación, etc.
  • Depresión: puede darse un estado depresivo, de tristeza y hasta de decepción al enfrentar la realidad de encontrarse sin trabajo y verse abrumado por las dificultades que comienzan a surgir como consecuencia. Los típicos pensamientos son: “no encontraré un trabajo igual”, “tardaré meses en emplearme de nuevo”, “no voy a poder”.
  • Aceptación: ya en este punto la persona reconoce su situación y comienza a visualizar acciones concretas para resolver su estado. Pueden aparecer pensamientos como “debo comenzar a buscar trabajo”, “pediré ayuda entre mis amigos”, “haré un plan, esto no va a desanimarme”

Consejo: si un escenario de este tipo te llega a suceder, es importante que conozcas estas etapas y entiendas que muy posiblemente algunos de los pensamientos señalados te vendrán a la mente y serán parte de todo un proceso que debes superar. Identificando tus emociones en cada etapa te permitirán pasar más rápidamente a la siguiente y alcanzar finalmente la aceptación, con lo cual ya estarás a un paso de crear una estrategia de búsqueda de empleo con la energía y el positivismo que necesitas. Recuerda que no es un proceso que debas llevar solo, siempre puedes buscar ayuda de expertos.

Escenario B: salida voluntaria

Por muy seguro que estés de tu decisión y la afrontes con gran entereza, es natural que puedan aflorar ciertas emociones. Revisemos las más comunes y qué puedes hacer para gestionarlas.

  1. Miedo e incertidumbre: “¿Será que he cometido un error? ¿hago bien en cambiar de trabajo?”

Es natural que dudes sobre la decisión pues implica un cambio importante en tu vida. Además, siempre hay la incertidumbre sobre ese nuevo trabajo que hemos aceptado, si será realmente el trabajo ideal, si nos irá bien en el emprendimiento que hemos iniciado, etc. Por ello, es fundamental que mantengas el foco en las metas que te has establecido y en el norte al cual dirige ahora tu vida laboral. Es importante no arrepentirse de cambiar de trabajo y evita quedar enganchado en el pasado pensando cómo serían las cosas si no hubieras renunciado. Piensa en positivo y avanza con confianza en aquellas acciones que has definido en tu plan.

  1. Nostalgia: “¿Me extrañarán?”

Si lograste establecer buenas relaciones con tus compañeros de trabajo y te sentiste apreciado, es probable que tengas la sensación de cierto vacío social ahora que no los ves a diario y pensarás si te extrañarán o si se olvidarán pronto de ti. Previendo esto, no te vayas del trabajo sin expresar agradecimiento a las personas que te apoyaron y a quienes se convirtieron en grandes compañeros de equipo. Refuerza la posibilidad de seguir en contacto y de que, a pesar de ya no trabajar juntos, pueden contar contigo. 

  1. Ansiedad: “Debo estar listo”

Preparándote para iniciar la búsqueda de empleo, o ya en la nueva posición del siguiente trabajo, tendrás la sensación de querer que todo avance rápidamente: encontrar YA un empleo o aprender YA todo sobre el nuevo rol. Si no gestionas bien la ansiedad en ambas situaciones, solo comenzarás a cometer errores. Es importante que comprendas que todo tiene su proceso y lleva su tiempo. Ten mucha paciencia, establece metas realistas y sé constante.

  1. Vergüenza: “¿Qué pensarán de mí?”

La presión social puede hacernos mucho daño si nos dejamos llevar por ella. Frente a la pregunta “¿a qué te dedicas?” podemos sentir cierta vergüenza, al no poder responder con orgullo sobre alguna posición en una buena empresa. Te preguntarás qué opinión tendrán de ti cuando respondas: “por ahora nada, estoy buscando empleo”, “apenas estoy comenzando en…” Para evitar esto, recuerda los motivos que te llevaron a estar donde estás ahora, piensa en tus valores y visualiza el éxito que estás próximo a alcanzar.

Ningún cambio es sencillo ni se recorre por un sendero lleno de flores. El cambio de trabajo es una decisión dura y difícil pero que puede resultar altamente satisfactoria si lo hacemos de la manera correcta, gestionando nuestras emociones, y sobre todo, si nos apoyamos en expertos que nos sirvan de guía para superar los obstáculos.

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Autora: Aixa Zerpa

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