Te habrá ocurrido alguna vez que un amigo/conocido/familiar te ha pedido (incluso siendo pesados) que des referencias suyas en tu empresa o que pases su currículum vitae al departamento de Recursos Humanos. ¿Has pensado alguna vez a cuantos de tus amigos recomendarías para trabajar contigo?
Vamos a recopilar una tipología de contactos a tener en cuenta para tomar la decisión:
1. Contacto incógnita. Desconoces su experiencia laboral. Simplemente no sabes en que empresas ha trabajado ni que funciones ha estado realizando. Nunca habéis hablado de trabajo o cuando lo habéis hecho no has entendido nada de lo que te ha explicado.
Ni tú ni él habéis hecho el esfuerzo de explicar y entender su puesto de trabajo y las funciones.
Podrías recomendarles en tu empresa si conocieses mejor su trayectoria y competencias profesionales.
2. Contacto fantasma. Son aquellos contactos que aparecen en la agenda del móvil, los tienes como contactos en redes sociales (Facebook, LinkedIn…), o son amigos de un amigo. Se les suele ver muy de vez en cuando. El trato con ellos es correcto pero superficial, escaso o inexistente.
Ni tú ni él habéis hecho el esfuerzo por conoceros mejor.
Podrías recomendarles en tu empresa si conocieses mejor su trayectoria y competencias profesionales.
3. Contacto interesado. Son aquellos contactos con los que has podido tener una relación más o menos cercana, pero en el momento actual sólo aparecen cuando quieren pedirte algo.
Tú has puesto de tu parte por mantener una relación duradera pero ellos no.
Podrías recomendarles en tu empresa si vuestra relación fuese más cercana, estable y desinteresada.
4. Contacto de Año Nuevo. Sólo contactáis en ocasiones especiales (navidad, cumpleaños etc.). Habéis tenido una relación de afinidad en el pasado pero no habéis podido cultivarla para que dure el tiempo.
Solo habláis una o dos veces al año, una puesta al día rápido. Por lo tanto no conoces detalles laborales.
Podrías recomendarles en tu empresa si vuestra relación fuese más continuada y conocieses en detalle su experiencia profesional.
5. Contacto pesimista. El típico amigo que ha hecho de la queja su forma de ser, hay un halo de negatividad a su alrededor, sólo hablan de problemas.
Tenéis una relación continuada, pero es agotador escuchar tanto pesimismo.
Sólo les recomendarías si su aptitud fuese más positiva.
6. Contacto con dudosa reputación laboral. Este es un grupo amplio. Aquí estarían englobados los contactos que acumulan despidos por falta de profesionalidad, contactos que continuamente hablan mal de sus jefes y empresas anteriores, contactos con carácter conflictivo, contactos que fingen bajas, etc.
Tienes una buena relación con ellos pero no quieres que te dejasen en mal lugar en tu empresa.
A estos sólo les recomendarías si hubiesen omitido en sus conversaciones las partes negativas de sus experiencias laborales y se hubiesen centrado en trasmitir la parte positiva de sus trabajos.
7. Contacto sin objetivos profesionales. Son personas sin una orientación clara, han realizado muchos trabajos, en ninguno acaba de sentirse satisfecho, no encuentran un puesto que les motive.
Tienes una buena relación con ellos pero su falta de pasión hace que dudes sobre su rendimiento.
Les recomendarías si te trasmiten mayor confianza y tuviesen definidos sus objetivos.
8. Contacto adecuados. Son personas de las que tienes una imagen profesional, seria y amable. Pero no todos ellos son recomendables al 100%. En esta ocasión entran en juego el grado de amistad y el tipo de relación que exigirían vuestros puestos de trabajo, tendrás que valorar si vuestra relación de amistad puede verse en peligro. Y por último ten en cuenta que información tiene este contacto de ti y de tu trabajo, ¿le has contado información confidencial o que puede perjudicarte?
Por cualidades y profesionalidad les recomendarías sin dudarlo, quieres ayudarle pero entran en juego otros factores a valorar.
9. Contactos de los que sentirse orgulloso. Sabes que vayan donde vayan harán un trabajo impecable, su aptitud es inmejorable.
Llevas su CV a Recursos Humanos, quieres ayudarle, sabes que no va a fallar.
Ahora te formulamos la pregunta al revés ¿Cuántos de tus amigos te recomendarían a ti en sus empresas?
- Mantén activa tu red de contactos, no los dejes morir. Planifica acciones para fomentar relaciones duraderas basadas en la confianza. Con las nuevas tecnologías no hay excusa para no hacerlo.
- Muéstrate siempre una imagen profesional serio y eficiente (incluso ante los amigos más cercanos). No hables mal de tus jefes, no des una imagen conflictiva.
- Aptitud Optimista. A nadie le gusta escuchar continuas quejas, nos resta energía. Necesitamos rodearnos de gente positiva que vea el mundo como un lugar lleno de oportunidades.
- Asegúrate de que todos tus contactos entiendan, cuáles son tus habilidades, qué puestos has desempeñado y que tipo de trabajo buscas. Envíales un curriculum bien redactado y con una estética cuidada.
- Agradece el interés y la ayuda.
Un 70% de los empleos se cubren a través del Networking (red de contactos). Esto nada tiene que ver con los enchufes, tiene que ver con las referencias positivas.
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